Puedo ver que esto es bueno y me gusta. Un caso de plena coincidencia entre mi gusto personal y el canon cinematográfico es la Nouvelle Vague. Este movimiento, ponderado ampliamente por historiadores y críticos, instala definitivamente el cine moderno. La frescura, el desembrazo y la irreverencia con que sus miembros reelaboraron el lenguaje cinematográfico es para mi un referente obligado para pensar el potencial cuestionador que valoro en un realizador. Filmografías como las de Godard llevan al cine a un lugar tremendamente complejo que desborda el concepto modernista de autor. Abren la obra a la intertextualidad, la cita y la parodia, tan cara para el cine posmoderno.
Puedo ver que esto es bueno y no me gusta. Existen un buen número de cineastas absolutamente sobrevalorados. Un caso particular es Orson Welles. Su primer filme Ciudadano Kane, a partir de 1950 figura como el mejor filme de la historia en las listas más prestigiosas. Sin negar los méritos técnicos y narrativos del filme (originalidad en la construcción de la historia, manejo del eficaz de travelling y profundidad de campo, etc.), a mi juicio el filme pone a andar una fría maquinaria que no deja nada al azar, ni mucho espacio para la poesía. Este problema, presente en toda la obra de Welles, me ha hecho sentir siempre incomodo. Tanto virtuosismo y pulcritud me termina fastidiando.
Puedo ver que esto es bueno, y si bien actualmente no me gusta, creo que con perseverancia me gustará. Hay muchos directores de cine con los cuales guardo una deuda: encuentro en su obra una densidad y una elaboración que me atraen pero que no termino de comprender. Menciono algunos nombres: Max Ophuls, Luchino Visconti, Jean Renoir. Cada uno de estos tres portentos del cine son para mi una invitación a un universo narrativo y visual de potentes valores formales, conceptuales e ideológicos que aun me esperan por estudiar y conocer.
Puedo ver que esto es basura y me gusta. El caso más claro de la basura que me gusta es el cine gore, género que se regodea en la sangre derramada, el cuerpo profanado, mutilación y degradación de la carne. El gore, serie B por excelencia, usa el efecto visual para convocar la pulsión escópica del espectador, juega sin pudor con el placer y el morbo, alejándose de cualquier búsqueda bien pensante e intelectual. Es un cine poco prestigio que fue ignorado durante décadas por la crítica. Me fascina por la manera de trabajar todo aquello que está más allá de la razón. Por el abordaje oscuro y siniestro del cuerpo. Dario Argento compite sin problema en esa poesía de lo sórdido con un Bunuel o un Von Trier.
Puedo ver que esto es basura y no me gusta. Para basura, basura está la típico blockbuster hollywoodense: grandes presupuestos, muchos efectos, narraciones de corte clásico e historia de amor de por medio. Frente a este cine creo que la mayoría de críticos, incluido aquellos de poco alcance, llegamos a un consenso. Me sumo dócilmente al consenso, y digo más: disfrutar de una película de este estilo me es difícil. Cuando uno pierde la mirada candorosa ya no la recupera fácilmente.
2 comentarios:
Esta noche veré "Vivre sa vie" de Godard... el martes te cuento. Aunque sospecho que tendré que verlo como a Tarkovski.
Muy interesante tu opinión sobre el cine Gore. Te soy franco: este tipo de cine no me gusta. Prefiero películas en las que se profana la mente en lugar del cuerpo, como "Repulsión" o "Le Locataire" de Polanski.
Godard es tremendamente lúdico, irónico y jovial. Solo hay que saber por donde abordarlo. Nada que ver con Tarkovski. Te recomiendo "Pierrot, el loco" o "Masculino-femenino".
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